La colonia Tabacalera estuvo alguna vez llena de huertas, cuando pertenecía al español Velázquez y Orca, hacia 1772, pero a lo largo del siglo XIX, fue escenario de varios proyectos urbanísticos truncados.
El primero de ellos fue idea de Agustín de Iturbide, entonces emperador de México, quien planeó realizar un "barrio imperial" que alojara a los palacios gubernamentales, bibliotecas, parques, teatros, etc., comunicados entre sí por vías amplias y arboladas, pero no se llevó a cabo por causas socioeconómicas.
El segundo proyecto fue la construcción de un nuevo penal con todos los adelantos de la época, proyectado hacia 1849 por el arquitecto Lorenzo de la Hidalga, pero por motivos políticos y económicos, sólo se alcanzaron a construir sus cimientos.
Otro proyecto que no se logró construir fue la Exposición Internacional Mexicana promovida en 1889 por el ministro de Fomento, general Vicente Rivapalacio.
Esta obra abarcaría casi toda la colonia, abriendo la calle de Ponciano Arriaga que conducía directamente a la estación de tren Buenavista; el arquitecto Ramón Rodríguez Arangoity fue el encargado del magnífico proyecto que por razones desconocidas, tampoco se realizó.
A finales del siglo XIX, dos acontecimientos vendrían a cimentar la presencia de la colonia Tabacalera: la apertura de una gran plaza (1898) para erigir un nuevo palacio legislativo, y el establecimiento en 1899 de la empresa La Tabacalera mexicana Basagoiti Zaldo y Cía., en el relevante palacio de Buenavista. Los propietarios de esta última tuvieron la idea de establecer al sur del inmueble, una colonia para sus obreros y administrativos que se llamaría La Tabacalera. Como sabemos, el palacio quedó inconcluso (hoy Monumento a la Revolución), y la colonia propuesta para la empresa nunca se realizó, pero el nombre permaneció en el ánimo de los habitantes de sus alrededores.
Sin embargo, no todo quedó en proyecto en la Tabacalera, precisamente varios de los edificios realizados se visitarán en el recorrido que ha organizado FUNDARQMX éste mes de septiembre como el hermoso Palacio de Buenavista, hoy Museo Nacional de San Carlos, atribuido a Don Manuel Tolsá por su estilo neoclásico y su muy singular patio oval.
También visitaremos algunas mansiones porfirianas que se dejaban ver en las calles de esta colonia, como la que perteneció a Guillermo de Landa y Escandón, ExGobernador de la ciudad de México y que hoy vemos muy transformada; el relevante Hotel Reforma, una de las primeras obras del Arq. Mario Pani así como la nueva Cámara de Senadores que vino a ocupar el lugar de varios inmuebles, el famoso Cine Teatro Roble y relevantes ejemplos de estilo Art Déco como el Frontón México, el Edificio del Sindicato de los Ferrocarrileros y la Lotería Nacional.
Escrito por: Edgar Tavares quien es Arquitecto por la UAM Azcapotzalco; autor de numerosos libros entre los que destaca “Colonia Roma” de Editorial Clío, “Hipódromo Condesa” editado por el Gobierno del Distrito Federal, “El Paseo de la Reforma” y numerosos artículos en diversos medios y además es cronista de la ciudad, especialmente de la Delegación Cuauhtémoc.
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