Por: Arq. Vania Itzumi Catalán Pérez*
Como se ha mencionado en el artículo previo: 19S: algunas consecuencias y diferencias entre los sismos de septiembre 1985 y 2017 en la CDMX, en ambos eventos los edificios mayormente afectados han sido los destinados a vivienda, en donde cobra alta importancia debido al impacto que generan los daños a este sector desde el impacto urbano, el daño a los derechos humanos que filosóficamente son indivisibles (si uno se ve afectado, daña a los demás directa o indirectamente).
Derivado de los sismos de 2017, se observó un caos generalizado en la sociedad, la cual solicitaba al gobierno que garantizara su “derecho a la vivienda digna”. Se observó que en muchas ocasiones las familias rechazaron los apoyos que el gobierno otorgaba debido a que solicitaban que se hiciera responsable del cien por ciento del costo de la reconstrucción. En algunos casos los condóminos se
opusieron a que sus edificios se resolvieran vía reconstrucción, solicitando preferentemente programas de rehabilitación.
Se observó así, un panorama diversificado en donde las múltiples solicitudes y opiniones llegaron a complicar los procesos de rehabilitación o reconstrucción, denotando poca organización vecinal, poco conocimiento de los instrumentos que regulan la vivienda en México, nula actuación de protocolos post sísmicos, e incluso poca claridad en las Políticas Públicas que la gestionan.
Además, reveló la clara urgencia de analizar las transformaciones que ha tenido la vivienda, la necesidad de reformular las políticas públicas que regulan la vivienda frente al riesgo de desastre, la importancia de este espacio en el contexto social en México y su escala a nivel urbano en la CDMX, haciendo énfasis en sus raíces filosóficas (debido a la relación que mantiene con la concepción de los derechos humanos) que tienen bases en algunos tratados internacionales (1) en los
que México es país signatario y que se revisarán con mayor detalle en los artículos subsecuentes.
En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía clasifica la vivienda en: casa, departamento en edificio, vivienda en vecindad, otro tipo de vivienda (i.e. cuarto en la azotea de un edificio, local no construido para habitación, vivienda móvil y refugio), y no especificada. Se revisa entonces la relevancia que cobra la vivienda multifamiliar en México, debido a la alta ocupación que presenta, en donde de acuerdo con INEGI, casi el 30% de la población de la Ciudad de México
habita un edificio de vivienda colectiva (i.e. alrededor de 2.5 millones de personas).
Históricamente, la vivienda múltiple donde se comparten servicios, se da con las vecindades en los centros históricos. Con la época postrevolucionaria se refuerza la vivienda colectiva en donde se priorizaban las necesidades básicas de los trabajadores de haciendas y fábricas. A mediados del siglo XX, se empieza a extender una idea utópica que pretendía resolver injusticias sociales, y en donde las máquinas, la tecnología y propiamente la modernidad significaban el progreso, representado a través de edificios y encargos públicos, motivo por el cual la producción arquitectónica financiada por el gobierno es abundante en este periodo.
El gremio arquitectónico comenzó a buscar acercar a los grupos obreros, las primeras concepciones de la vivienda multifamiliar con una interpretación radical del funcionalismo. Así es como los conjuntos habitacionales de Balbuena, La Vaquita, y San Jacinto (construidos entre 1932 y 1934) son antecedentes a los conjuntos que se desarrollarán a finales de la década de 1940.
En 1938 se constituye la Unión de Arquitectos Socialistas que adquieren una postura de vanguardia radical (ideología de izquierda, que proponía una vivienda accesible económicamente y moderna en términos técnicos, la cual reflejaría el beneficio a la sociedad y la transformación del país postrevolucionario). Dentro del movimiento, destacan arquitectos mexicanos como Juan Legarreta,
Álvaro Aburto y Juan O ‘Gorman, quienes buscan a través de propuestas arquitectónicas económicas, mejorar las condiciones en las que vivían las clases trabajadoras y atender lo principal: la escasez de vivienda. Estas intenciones ligadas a los principios del modernismo.
Este grupo de arquitectos propone el Proyecto de Planificación de la Ciudad Obrera de México localizada entre Azcapotzalco y Peralvillo, siendo un conjunto a base de cuarteles en módulos en hilera y paralelo a una zona de cultivos. Este prototipo de Ciudad Obrera se puede observar en las soluciones de los conjuntos habitacionales como el de Balbuena y San Jacinto (1934).
Aunque esta propuesta no cobró mucha fuerza y resultaba utópica para la Ciudad de México, es importante mencionarla porque es el primer paso de las colonias a base de viviendas unifamiliares de baja densidad a edificios multifamiliares, en donde paulatinamente la ocupación en porcentaje ha ido creciendo de forma exponencial y habitar este tipo de vivienda se ha vuelto una forma de vida para la Ciudad de México en donde se ha observado por diversas razones que ha aumentado su ocupación, algunas de ellas podrían ser: la conexión que llegan a tener con los servicios urbanos (movilidad, cercanía con centros de trabajo, servicios), por temas de costo-beneficio, por la sobrepoblación de la ciudad (en donde en muchas ocasiones la vivienda unifamiliar se construye en
las periferias de la ciudad).
En el esquema urbano de la súper manzana y los grandes bloques de vivienda multifamiliares que se conciben a finales de 1940 (en 1947 Mario Pani diseña en colaboración con Salvador Ortega y Bernardo Quintana el Centro Urbano Presidente Alemán CUPA). Influenciado por el racionalismo europeo, el cual se caracterizó por el uso de la racionalidad, avances tecnológicos en la construcción, producción masiva y en serie, y empleo de nuevas tipologías arquitectónicas (en este contexto se puede observar el uso de planta baja libre y las configuraciones geométricas que retoman la arquitectura Le Corbusiana).
Figura 1. Centro Urbano Presidente Alemán. Arquitecto: Mario Pani. Año de construcción: 1949. Fotografía donde se puede observar la planta baja débil de los edificios. Créditos fotográficos: Onnis Luque. (imagen obtenida de: https://bit.ly/2JoMxz2)
En este contexto, la vivienda ha sido históricamente aspiracional para las familias mexicanas. Es por ello importante que el gobierno adopte las bases internacionales en sus políticas públicas y garantice a toda la población de forma progresiva y no discriminatoria, el acceso a un nivel de vida adecuado a lo largo del tiempo, ya que cobra importancia el deterioro constante de los edificios existentes en la ciudad en donde la seguridad estructural se ha visto afectada como consecuencia de la ocurrencia de eventos sísmicos, acumulando diferentes estados de daño en donde la gran mayoría de los edificios destinados a vivienda ya han liberado grandes cantidades de energía al estar expuestos a las fuerzas sísmicas por eventos pasados.
En este sentido, derivado del sismo del 19 de septiembre de 2017, se observó que muchos habitantes de estos edificios de vivienda mencionaban: “si mi edificio de vivienda ya soportó los sismos de 1985 y 2017, podrá soportar otro de menor o igual magnitud”. Esta premisa se planteó como base de todo este estudio y ha acompañado todas las etapas subsecuentes para revisar cómo se comportó una muestra de edificios de vivienda frente al sismo de 2017 que ya había soportado el de 1985 con un buen comportamiento sísmico.
Figura 2. Estado de las fachadas de un edificio de vivienda multifamiliar a un año y medio del evento ubicado en la Colonia Juárez. Créditos fotográficos: Vania Catalán. Febrero de 2019.
Después del sismo de 2017 de acuerdo con las estadísticas oficiales del Gobierno de la Ciudad de México se reportaron 7,374 casos de vivienda dañada, de los cuales 370 correspondían a vivienda multifamiliar. De estos 370 casos, con información actualizada al 16 de abril de 2021, menos del 40% ha concluido con los procesos de rehabilitación o reconstrucción. Esto deja a más 60% de los habitantes de estos inmuebles bajo condiciones de vulnerabilidad al no poder rehabitar sus viviendas a casi 4 años del sismo del 19 de septiembre de 2017.
Resulta entonces urgente replantear desde el sector de la gobernanza posibles estrategias de mitigación de la vulnerabilidad de estos edificios en colaboración con todos los actores de la ciudad: mujeres, niños, jóvenes, pobres, la comunidad de profesionales, asociaciones civiles, pueblos indígenas, personas de edad, migrantes, voluntarios y personas con discapacidad para así lograr impulsar políticas, planes y normas que deriven en la reducción del riesgo de desastres, y observar qué va a suceder con los edificios existentes en la Ciudad de México que actualmente no cumplen con las normativas sísmicas de acuerdo con los códigos de construcción, ya que podrían llegar a presentar daños frente a otro sismo de intensidades importantes para la ZMVM.
Figura 3. Estado de un edificio de vivienda localizado en la colonia Doctores año y medio después del evento sísmico de 2017. Proceso de rehabilitación. Créditos fotográficos: Vania Catalán. Marzo de 2019.
Referencias:
(1) Artículo 25. “derecho a un nivel de vida adecuado” en las bases asentadas por la ONU en donde México es uno de los países signatarios en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
1. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (México). Anuario estadístico y geográfico de la Ciudad de México 2017 / Instituto Nacional de Estadística y Geografía. -- México : INEGI, c2017.
2. Organización de las Naciones Unidas (ONU), 1948. Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).
3. Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR), Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030.
4. Sánchez Rueda, Guillermo. “Origen y desarrollo de la supermanzana y del multifamiliar en la Ciudad de México”, Ciudades: Revista del Instituto Universitario de Urbanística de la Universidad de Valladolid, 12 (2009): 143-170.
https://revistas.uva.es/index.php/ciudades/article/view/1254/1061
Plataformas digitales:
1. Plataforma CDMX (plataforma.cdmx.gob.mx)
2. ¿Por qué se cayó mi edificio? - Mexicanos Contra la corrupción y la impunidad (miedificio.contralacorrupcion.mx)
3. Portal de Reconstrucción - Reconstrucción CDMX (reconstruccion.cdmx.gob.mx)
*La autora agradece al Instituto de Ingeniería UNAM en las Coordinaciones de Ingeniería Sismológica y Estructural por las facilidades brindadas para el desarrollo de esta investigación, así como a FUNDARQMX por este espacio de difusión.
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