Por: Ana Otegui
El 9 de abril del 2024 se realizó en el Teatro Estefanía Chávez Barragán en la Facultad de Arquitectura (FA) de la Universidad Nacional Autónoma de México un homenaje al Dr. Carlos González Lobo y un reconocimiento a su esposa, la Dra. María Eugenia Hurtado Azpeitia.
Entrega de reconocimiento a la Dr. María Eugenia Hurtado Azpeitia
Fotos por: Ana Otegui
En la primera mesa moderada por el Dr. Arq. Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes (Director de la FA), el Dr. Xavier Cortés Rocha mencionó que el “activismo, compromiso y creatividad fueron los pilares que definieron a Carlos González Lobo, así como su compromiso con los menos favorecidos”.
Primera mesa
Foto por: Ana Otegui
Carlos González Lobo dió clases desde una temprana edad, enseñando clases de dibujo en la Prepa 5 en la Escuela Nacional Preparatoria, de ahí se integró al taller de Antonio Pastrana, quien fue su maestro, mentor, fomentó un pensamiento crítico y le enseñó a crear amplios espacios a menor precio.
A inicios de los sesenta, se integró como profesor de la carrera e investigador de tiempo completo, lo cual ejerció el resto de su vida. Dedicó su vida a la formación de alumnos en el área de proyectos y fue tutor de tesis en la licenciatura, posgrado y doctorado. Los temas que impulsaba principalmente eran la vivienda, el urbanismo, tecnologías de bajo costo, aspectos históricos y teoría de la arquitectura.
González Lobo fue un excelente expositor y conferencista, con una gran habilidad para transmitir con claridad y alegría sus conocimientos sobre la arquitectura con diseño, la responsabilidad social, la equidad y siempre en la búsqueda de crear un mundo más bello.
El Dr. Víctor Arias Montes mencionó el discurso que dio González Lobo en la séptima conferencia latinoamericana de escuelas y facultades de arquitectura en 1975, titulada “Bases para la formación del arquitecto en América Latina”. “Para deshacernos de los lazos de independencia y construir un mundo justo, igualitario y socialista, en el campo que tenemos que es la formación de arquitecto..., estamos obligados a fortalecer la formación universitaria y arquitectónica de un sujeto crítico -independiente del criterio-, y consciente de que su acción en la arquitectura, forma o formará parte de la planificación del espacio y su transformación. Para ello tiene que ser consciente y sensible a la realidad nacional y continental, explorar y conocer las particularidades que adopta en cada caso el marco estructural de la dependencia, para ello, es fundamental centrar la atención en dos aspectos: su información científica rigurosa para conocer y transformar la realidad, y su formación creativa”.
El Mtro. Luis Arturo González Zarazúa, hijo mayor de González Lobo, da una perspectiva distinta sobre su padre. Él lo describe como una persona fantástica, que solía contar cuentos, que en vez de que los llevara a sitios comunes como el cine, el parque o la feria, iban al sitio de construcción y a vertederos de cascajo. Desde chico en las construcciones, no hacía el típico castillo de arena, sino que construía una pequeña vivienda popular.
Su padre era conocido por sus frases de florituras y erudición, pero por su edad no las entendía como: “El arquitecto es aquel que hace que lo imposible suceda en el espacio” o “El orden siempre conviene a la razón, pero es el desorden que conviene a la seducción”. Al crecer, se dio cuenta de que no era necesario entenderlas o no del todo, sino que bastaba estar cerca de él para sentir su vida llena de emociones generadas con la más mínima expresión.
La Dra. Lucía Villanuevas Salazar, menciona como Carlos González Lobo tenía la capacidad de tratar y de reconocer a sus estudiantes como individuos. Fue una persona en donde sabía que “ser un arquitecto, es estar ahí”, presente y en todo su esplendor.
El Arq. Yalmar Vargas Tovar compartió testimonios de cuando tuvo el placer de participar con Carlos González Lobo en un taller realizado en la zona del centro histórico y un barrio de principios del siglo XX en la ciudad de México. Agradezco “su capacidad de pensar de manera creativa y de encontrar soluciones innovadoras para los desafíos de vivienda de interés social; su dedicación y compromiso con el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades menos privilegiadas; su capacidad para comprender las necesidades específicas de las comunidades, y aportar este conocimiento para el diseño de espacios habitables que respetan su cultura, historia y entorno natural; su disposición para trabajar en equipo y colaborar con estudiantes y profesores para encontrar soluciones integrales y sostenibles a los problemas de vivienda social; por el impacto duradero de su trabajo en la mejora de la calidad de vida de las personas y en la transformación positiva de los espacios urbanos marginados”.
La segunda mesa la moderó el Mrto. Germán Salazar Rivera, donde la Mtra. Amaranta González Hurtado, hija de Carlos González Lobo, dió a conocer una faceta de su padre que es muy significativa y personal “buena parte de su ejercicio arquitectónico estuvo intrínsecamente relacionado con la práctica de las artes plásticas, con el fin de transformar las ideas, las emociones espaciales y materializarlas en sus creaciones. Eso le permitió comunicarlas para después construirlas. El arquitecto es por tanto un artista del espacio que sabe manejar las herramientas del pintor y explotarlas en distintos medios”.
Segunda mesa
Foto por: Ana Otegui
González Lobo no ha sido reconocido por su gran expresividad en las artes plásticas, con cualidades compositivas, imágenes donde ejercía su vocación demostrando el talento urbano y constructivo donde afrontó problemáticas como la arquitectura oncológica. Al igual proyectaba aspectos sociales y hechos históricos que le rodeaban. También tenía un lado fantasioso, donde abordaba temas de héroes en escenas mágicas surrealistas o míticas.
El Arq. Antonio Gallardo Escamilla relató cómo fue un gran tutor, y como le enseñó a pensar las cosas más de dos veces. Fue un arquitecto completo, proyectista, constructor, docente, investigador, pensador, teórico al igual que práctico. El decía: “Los ladrillos, el cemento, la arena y la grava de la mezcla no son para hacer muros o cubiertas, sino para crear espacios para habitar.” Siempre ponía por delante la mano de obra artesanal y las tecnologías apropiadas e independientes en cada proyecto; ya que tomaba en cuenta las condiciones climáticas y de la comunidad.
Celebramos con esta breve reseña, el homenaje realizado al Arq. Carlos González Lobo en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Si están interesados en ver todo el homenaje, ¡no se lo pierdan! Disponible en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=qD9d_o7R1Rk
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