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Alejandro Gómez-Obregón Tanus

La vivienda en México: La vivienda del ser

Introducción


A partir de 1945, varios intelectuales, entre ellos el arquitecto jalisciense Luis Barragán, empezaron a repensar la manera que habitamos, la relación que generamos con la ciudad y con el paisaje natural (1). Al mismo tiempo que Mario Pani estaba proyectando los conjuntos habitacionales, la vivienda unifamiliar del sector privado empezó a generar un nuevo lenguaje, donde la arquitectura funcionalista adquirió un carácter más regional. El discurso hacia una arquitectura nacional fue promovido y liderado por el arquitecto y artista Juan O' Gorman quien se vio influenciado por Diego Rivera, lo cual se reflejó en su etapa como pintor que comenzó en 1948. Dejó de entender a la arquitectura funcionalista como un lenguaje estético y más bien observó que la arquitectura moderna había negado la incorporación de las artes plásticas. En la Biblioteca Central de la UNAM, el arquitecto utilizó al edificio como un “soporte para un gigantesco mosaico”, cosa que también sucede en su propia casa de San Jerónimo (la Casa Cueva de 1952) (2). Juan O' Gorman quería crear una obra “orgánica” (como las casas del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright), la cual generaba una relación armónica con el paisaje y el usuario que la habita (3). Estas intenciones también se harán visibles en las obras de arquitectos como Enrique del Moral y Luis Barragán.


Casa Cueva (1952) - Juan O ́Gorman. Fotografía de Lola Álvarez Bravo.

En el ámbito de la vivienda unifamiliar, la obra de Barragán sirvió como un parteaguas tanto en el sector del desarrollo inmobiliario como en la concepción de la casa a partir de ideas abstractas como el recorrido, la corporeidad y la luz (4). Para él, el habitar tenía que ser una experiencia sensorial y espiritual, donde cada elemento forma parte de una atmósfera. El alma del hogar era el jardín, a través del cual “la naturaleza toca directamente la divinidad” (5).


Barragán también llegó a plasmar sus ideas en proyectos urbanos como el plan maestro de Lomas Verdes (1964-1967), donde colaboró con Juan Sordo Madaleno (6). Este tipo de proyectos surgieron como resultado de la migración de la población del campo a mediados del siglo XX. Esto ocasionó que las ciudades mexicanas se densificaran y como resultado, nuevos desarrollos inmobiliarios surgieron en zonas previamente inhabitadas alrededor de la traza urbana (un ejemplo claro son los Jardines de Pedregal que “colonizó” un paisaje de piedra volcánica (7). Otro ejemplo de los nuevos modelos urbanos es Ciudad Satélite, cuyo plan maestro fue elaborado por Mario Pani en 1954.


Luis Barragán


Luis Ramiro Barragán Morfín creció en Guadalajara en una familia de terratenientes, dueños de varios ranchos en el estado de Jalisco. Su juventud consistió en montar a caballo, visitar los distintos pueblos cercanos y en tener una educación “humanista” dirigida por los valores y las enseñanzas del catolicismo. Barragán estudió en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara y obtuvo su título en 1923 (8). El siguiente año viajó por primera vez a Europa, donde conoció los jardines y las fuentes de La Alhambra en Granada. Este lugar provocó en él mucho interés y la compartimentalización de sus espacios se vería reflejada en sus obras posteriores. Además, trajo consigo unos libros de Europa que tenían descripciones y fotografías de la arquitectura morisca marroquí. Sus primeras casas en Guadalajara se vieron influenciadas por estas imágenes recopiladas de Europa y Marruecos (9).


Jardín de Les Colombiéres (1920-1927) - Ferdinand Bac. Fotografía de Massimo Listri.

En 1931, Barragán viajó nuevamente a Europa, donde conoció al ilustrador y diseñador de jardines Ferdinand Bac (1859-1952) quien lo invitó a Cote d 'Azur para mostrarle algunos de sus proyectos. En ese mismo viaje, el jalisciense conoció al arquitecto Le Corbusier. Éste lo invitó a varias de sus obras incluyendo la Villa Savoye y la Villa Stein. Tras regresar de su viaje, en 1935, Barragán se mudó a la Ciudad de México, en parte debido a las nuevas reformas impuestas por el gobierno de Lázaro Cárdenas, las cuales expropiaron las propiedades de su familia (10).


Los primeros edificios que diseñó el arquitecto en la Ciudad de México eran de carácter funcional, es decir, no contaban con ornamentación y buscaban eficientizar el espacio y los recorridos. Barragán diseñó dos edificios sobre la Calle Melchor Ocampo, el primero siendo el Edificio Garza (1939) en colaboración con José Creixell M. y posteriormente el edificio de estudios para artistas (1941) junto con Max Cetto (11). Durante este periodo, Luis Barragán conoció al muralista Xavier Guerrero y su esposa, la diseñadora cubana Clara Porset, ya que también habitaban el edificio de Melchor Ocampo 38. Porset se convertiría en una íntima colaboradora de Barragán, para quien concebiría muebles icónicos como la silla butaque (12).


El viborero


Buscando un nuevo terreno para plasmar su visión del jardín habitable, Barragán adquirió un predio conocido como “el cabrío” orientado hacia El Pedregal. El terreno estaba dotado de formaciones de piedra volcánica, resultado de la erupción del volcán Xitle hace unos 2,500 años. En las palabras del pintor Diego Rivera, “quería transformar la tierra inhabitable a un jardín, donde el hombre y la naturaleza coexisten en armonía”. Fue en esta propiedad que Barragán comenzó a crear un jardín donde se pudiera escapar del caos y del ruido de la ciudad (13).


El arquitecto planteó crear un nuevo desarrollo residencial, en donde se respetaba el paisaje “salvaje” y el jardín se convertía en el alma de la vivienda, “como las antiguas casas persas, donde la casa es simplemente el espacio de resguardo y almacenamiento” (14). Un amigo de Barragán, Jesús (Chucho) Reyes Ferreira, fue quien lo aconsejó y formó parte del diseño del nuevo conjunto. El artista mandó plantar varios árboles de palo loco, o colorín, para componer el nuevo paisaje del fraccionamiento Jardines del Pedregal (1945-1950) (15). El pintor Gerardo Murillo, conocido como Dr. Atl, también estuvo involucrado en el proyecto (16).


Jardines del Pedregal - Plaza de las fuentes (1945-1950) - Luis Barragán; escultura de Mathias Goeritz. Fotografía de Armando Salas Portugal.

Luis Barragán se asoció con Luis y José Alberto Bustamante quienes compraron un terreno de 865 hectáreas en El Pedregal, en el cual el arquitecto Carlos Contreras generó un plan maestro para el nuevo fraccionamiento. En este, se respetaron las formaciones geológicas causadas por el volcán y las calles se instalaron “orgánicamente” (17). Para lograr convencer a los clientes de comprar un terreno en el nuevo desarrollo, Barragán diseñó tres jardines que hacían lucir este paisaje inhóspito. Se esculpieron escaleras entre las rocas negras, se colocaron espejos de agua y albercas rematadas por muros de piedra volcánica y en el acceso se colocó una escultura de una serpiente del artista de origen alemán, Mathias Goeritz (18). Adicionalmente, Barragán invitó al fotógrafo Armando Salas Portugal, cuyo trabajo descubrió en una exposición en el Palacio de Bellas Artes, para promover la imagen del fraccionamiento Jardines del Pedregal (19).


Casa Prieto López (1948-1951) - Luis Barragán. Fotografía de Armando Salas Portugal.

En 1948, Luis Barragán empezó a diseñar la casa Prieto López en un predio delimitado y restringido por la piedra volcánica. Con esta casa, compuesta por tres volúmenes, Barragán busca ilustrar las intenciones y las intervenciones que se había imaginado al querer habitar este territorio salvaje, lleno de serpientes y alacranes. La composición de los volúmenes abstractos facilitó la división del patio de servicio y las áreas comunes de la casa incluyendo la alberca. Adicionalmente, Barragán utilizó el desnivel del terreno para separar los espacios interiores, colocando un hall de acceso en la planta baja; el comedor, la sala y los cuartos se encuentran en el nivel superior. Los espacios se articulan mediante una chimenea central que permite generar una planta libre fluida, que al mismo tiempo delimita los distintos espacios (20). Los muros lisos de la casa contrastan con el paisaje natural y es así que el arquitecto proyecta una “arquitectura geográfica”, donde el objeto construido acompaña a la atmósfera del sitio (21).


Casa Berdecio (1950) - Max Cetto. Fotografía de Armando Salas Portugal.

Varios arquitectos mexicanos de renombre fueron invitados a participar en la construcción de una casa en el nuevo fraccionamiento ideado por Barragán. Entre ellos destaca la Casa Berdecio (1950) de Max Cetto, la cual, expresó Ida Rodríguez Prampolini, “ha vuelto a sembrar la construcción en los accidentes en el terreno”; la Casa Chávez Peón (1950) de Francisco Artigas que se parece a un puente sobre un río; la Casa del Risco (1952) de Francisco Artigas, la cual parecía flotar sobre el terreno empedrado (22). Una restricción impuesta por el plan maestro del desarrollo fue que las casas solo podían ocupar hasta un 30% del área total del terreno, asegurando el respeto por el paisaje del viborero (23).


Tacubaya


En 1947, Luis Barragán vendió su casa en la Calle Francisco Ramírez, con la finalidad de empezar a diseñar su nueva residencia en el terreno adyacente. La construcción de la Casa Estudio (1948), se llevó a cabo durante el mismo año en el que se empezó la urbanización del fraccionamiento Jardines del Pedregal. La nueva residencia del arquitecto se concibió como un refugio de la ciudad, un espacio de resguardo y contemplación, donde el silencio atenuaba cualquier ruido. La fachada se integra al paisaje urbano con sus muros grises de concreto, que oculta un santuario (24). El espacio que genera Barragán se puede describir mediante el texto De la ligereza, del filósofo francés Gilles Lipovetsky, en el cual enuncia que “es el modelo de vida pasiva, sencilla, interior, que enseñan las filosofías antiguas. Dietética espiritual, medicina del alma, purga mental” (25). La casa se convirtió en una síntesis de la arquitectura vernácula de los pueblos de México, en los cuales vivió Barragán. La casa cuenta con dos niveles, una sala de doble altura, la cual se delimita mediante unos muros que no llegan hasta la losa superior con la intención de generar un juego de sombras y luz difusa para iluminar ciertos espacios. Todo el espacio parece aligerarse mediante estas intenciones del arquitecto, desde la losa que parece flotar, hasta las escaleras de madera que parecen demasiado frágiles para ser funcionales. Una mezcla de materiales “puros”, los pisos de piedra volcánica y de madera, los muros de concreto armado; todos los componentes se unen para crear un espacio limpio, donde la visión del espectador es clara y no tiene distracciones. La sala y el jardín se fusionan mediante un gran ventanal con un parteluz en forma de cruz, uniendo el interior con el exterior (26). Según Lipovetsky, el cristal “desempeña un papel primordial, deja penetrar la luz natural hasta el centro del hábitat y abre una puerta al mundo exterior” (27).


Casa Estudio (1948) - Luis Barragán. Fotografía de Alberto Moreno Guzmán.

Ningún elemento está fuera de lugar en la Casa Estudio de Luis Barragán, hasta los cuadros tienen un propósito y una intención (esto se puede describir como elementarismo) (28). En el caso de la escalera que da hacia el vestíbulo donde se encuentra una mesa solitaria, se colgó un cuadro de Mathias Goeritz, el cual refleja la luz del sol que entra por un ventanal en la parte superior del muro, pintando los muros blancos de tonos dorados y rosados, dotados del color que origina tanto del cuadro como del muro sobre el cual se recarga la mesa. En la sala, el cuadro del pintor alemán de la Bauhaus, Josef Albers, representa el amanecer, la luz del sol que se adentra al espacio interior mediante el cristal (29). La Casa Estudio fungió como un proyecto de experimentación, donde Barragán desarrolló algunas ideas y proyectó la materialidad de los muros y los pisos, resaltados por la luz.


La casa de la jacaranda


Casi tres décadas después, Barragán decidió realizar la casa de Francisco Gilardi en un predio de 10 x 36 metros. El arquitecto únicamente aceptó el encargo cuando aseguró que la jacaranda que estaba en el terreno no se tiraría. Los espacios interiores se acomodaron alrededor del patio que contenía al árbol, el cual separaba el comedor y la piscina del resto del programa de la casa. Barragán demostró un dominio sobre cómo manejar y manipular la luz, y cómo ésta se podía utilizar para alterar la experiencia al recorrer el edificio. Incorporó cristales de color amarillo tanto en el pasillo hacía la alberca como en la biblioteca en el segundo nivel, lo cual provoca un sentimiento de calidez (30). “No se trata ya de inventar una construcción ligera, sino de construir con la luz, desmaterializar la arquitectura mediante la luz, los efectos transitorios, los reflejos caleidoscópicos del entorno” (31).


Casa Gilardi (1975-1977) - Luis Barragán. Fotografía de Armando Salas Portugal.

Luis Barragán utilizó el color de manera más “suelta” en la Casa Gilardi (1975-1977), a diferencia de su Casa Estudio (la fachada rosada contrasta con la fachada gris). El entendimiento de cómo funciona el reflejo de la luz natural le permitió alterar la composición de los muros y las losas.


Ciudad Satélite

Las Torres de Satélite (1958) - Luis Barragán y Mathias Goeritz. Fotografía de Armando Salas Portugal.

En 1954, el despacho de arquitectura de Mario Pani llevó a cabo el plan maestro para una nueva “ciudad satélite”, la cual consistía de supermanzanas y redes viales que facilitaban el flujo del automóvil (pero empeoraban el flujo del peatón). La idea de este nuevo desarrollo era mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad al ofrecerles una alternativa lejos del caos y del ruido. Como parte de este proyecto, Pani le encargó a Barragán y Mathias Goeritz la elaboración de la entrada al nuevo suburbio. Los arquitectos generaron las Torres de Satélite (1958) como su propuesta, cuyo planteamiento original incluía siete monolitos de hormigón armado (solo se construyeron cinco). Estas piezas se tenían que apreciar desde el movimiento del coche, ya sea al llegar o al salir de la zona residencial. Cada torre tenía un tono específico y una altura distinta, asemejando las torres gremiales de San Gimignano en Italia (32).


Un legado


La influencia y la relevancia de la arquitectura de Barragán es irrefutable. Desde sus casas de color hasta las torres satelitales, las ideas presentadas por el jalisciense se han difundido y reinterpretado una infinidad de veces, dándole un nuevo significado a la arquitectura mexicana. “Mi casa es mi refugio, una pieza emocional de arquitectura, no una pieza fría de convivencia”. La visión de Barragán alteró la manera en que se entendía la arquitectura, cambió la forma de proyectar, de ver y sentir los espacios y sus atmósferas. Sus proyectos ya no se concibieron como espacios eficientes, sino como una “arquitectura emocional”, término que utilizó Mathias Goeritz. El arquitecto obtuvo el premio Pritzker en 1980 y fue una muestra de su relevancia no solo en el país sino en un ámbito internacional. La influencia de Barragán se puede apreciar en la arquitectura de distintos profesionistas mexicanos como Juan Sordo Madaleno, Ricardo Legorreta y Andrés Casillas quien se convirtió en su discípulo. Casillas proyectó la Casa de Pedro Coronel (1970) como una serie de volúmenes de tonos naranjas, cuya disposición genera juegos de luz y sombras. El arquitecto también utiliza el color para diferenciar los muros y la escalera en la Casa Blancarte (1978), cuyo patio está cubierto por losas de piedra volcánica (33).


El barrio


En la década de 1960, la situación socioeconómica favoreció a México con un crecimiento consistente del PIB, precios estables y un Estado involucrado en la planificación económica y social del país. En 1963 se creó el Programa Financiero de Vivienda (PFV), el cual impulsó al Estado a involucrarse en el desarrollo de proyectos habitacionales a gran escala, mismos que impactaron la morfología urbana, demostrando así el poder político del gobierno de esa década (34). Esto cambió a partir de 1970, cuando la legitimidad del gobierno perdió credibilidad, lo cual ocasionó una gran desestabilidad, y por lo tanto causó que los proyectos públicos se llevaran a cabo a menor escala, y se enfocaran en la creación de barrios (35). Para mayor información relacionada con la vivienda social durante la segunda mitad del siglo XX, favor de leer el siguiente artículo titulado La vivienda en México.


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Notas y Referencias


1. Sánchez, Horacio, La vivienda y la ciudad de México - Génesis de la tipología moderna. México: UNAM, 2006, 232.

2. Jímenez, Víctor. “Un arquitecto de nuestro tiempo”. O´Gorman. Américo Arte Editores, Ciudad de México: 1999, 144.

3. Jímenez, Víctor, Op. Cit., 145.

4. Sánchez, Horacio, Op. Cit., 231.

5. Zumthor, Peter. Pensar la arquitectura. España: Gustavo Gili, 2017, 96.

6. Mela, Giulia. El plan maestro de Lomas Verdes. Accesado 20/07/2021. Disponible en https://www.sordomadaleno.com/smblog/plan-maestro-lomas-verdes-juan-sordo-madaleno-luis-barragan.html; Internet.

7. Canales González, Ana Fernanda. “La modernidad arquitectónica en México; una mirada a través del arte y los medios impresos”. Tesis doctoral, Universidad Politécnica de Madrid, 2013,, 73-74.

8. Barragan Foundation. Life. Accesado 15/07/2021. Disponible en https://www.barragan-foundation.org/luis-barragan/life; Internet.

9. Ambasz, Emilio. The Architecture of Luis Barragán. MOMA, Nueva York: 1976, 105.

10. Barragan Foundation, Op. Cit., Internet.

11. Anaya, Suleman. Luis Barragan´s Forgotten Works, Revisited. Accesado 25/05/2021. Disponible en https://www.nytimes.com/2020/07/24/t-magazine/luis-barragan.html; Internet.

12. Narro, Itziar. Diseñadora de muebles de madera y textil, Clara Porset. Accesado 18/07/2021. Disponible en https://www.revistaad.es/diseno/iconos/articulos/disenadora-de-muebles-de-madera-y-textil-clara-porset-creo-escuela/23138; Internet.

13. Ambasz, Emilio, Op. Cit., 11.

14. Ambasz, Emilio, Op. Cit., 11-12.

15. Kassner, Lily. Chucho Reyes. Editorial RM, México: 2001, 76.

16. Molina y Vedia, Juan y Rolando Schere Arquitectos. Luis Barragán - paraísos. Kliczkowski, España: 2001, 70.

17. Mendoza, Christian. El suburbio y las balas. Accesado 16/07/2021. Disponible en https://www.arquine.com/el-suburbio-y-las-balas/; Internet.

18. Molina y Vedia, Juan y Rolando Schere Arquitectos, Op. Cit., 70.

19. Barragan Foundation, Op. Cit., Internet.

20. Barragan Foundation. Prieto López House. Accesado 15/07/2021. Disponible en https://barragan-foundation.org/works/list/prieto-lopez-house; Internet.

21. Molina y Vedia, Juan y Rolando Schere Arquitectos, Op. Cit., 69.

22. Canales González, Ana Fernanda, Op. Cit., 81-84.

23. El “viborero” fue el término que utilizó el pintor Jesús Reyes Ferreira para referirse a Los Jardines del Pedregal. Kassner, Lily, Op. Cit., 76.

24. López I., Alejandro. Casa Estudio Luis Barragán: la síntesis arquitectónica del premio Pritzker mexicano. Accesado 15/07/2021. Disponible en https://www.admagazine.com/arquitectura/casa-estudio-luis-barragan-la-sintesis-arquitectonica-del-pritzker-mexicano-20200504-6786-articulos.html; Internet.

25. Lipovetsky, Gilles. De la ligereza. Barcelona: Anagram, 2016, 18-19.

26. Ambasz, Emilio, Op. Cit., 33-34.

27. Lipovetsky, Gilles, Op. Cit., 254.

28. Molina y Vedia, Juan y Rolando Schere Arquitectos, Op. Cit., 80.

29. Sánchez, Horacio, Op. Cit., 231-232.

30. Barragan Foundation. Gilardi House. Accesado 15/07/2021. Disponible en https://www.barragan-foundation.org/works/list/gilardi-house; Internet.

31. Lipovetsky, Gilles, Op. Cit., 259.

32. Ramírez, Oscar. Las torres de la ciudad (Satélite). Accesado 16/07/2021. Disponible en https://www.arquine.com/las-torres-de-la-ciudad-satelite/; Internet.

33. Arquine. Andrés Casillas. Accesado 20/07/2021. Disponible en https://www.arquine.com/andres-casillas/; Internet.

34. García Peralta, Beatriz. Vivienda social en México (1940-1999): actores públicos, económicos y sociales. UNAM. CDMX: 2010, 40.

35. Canales, Fernanda. Vivienda colectiva en México, El derecho a la arquitectura. Gustavo Gili. España: 2017, 135.


  1. Las imágenes refieren a los autores o sitios mencionados, si por descuido se ha omitido algún crédito, no ha sido con mala intención y agradeceremos nos contacten para difundir apropiadamente este documento informativo y de difusión de la vivienda en México.


Bibliografía


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