Oaxaca (“Lugar a la orilla de los guajes”)
Fue una de las primeras ciudades fundadas por los españoles en el siglo XVI con el nombre de Antequera, en una región dominada por Mixtecas y Zapotecas. El primer plano que se tiene de 1771, muestra una ciudad con una traza española ya consolidada, regida por las “Ordenanzas” o “Leyes de las Indias”, la cual tenía como origen la plaza central rodeada por la catedral y los poderes administrativos. En el plano también se observa que el resto de la ciudad comprendía una retícula perfecta con manzanas de 90 x 90 metros, definida por una secuencia de plazas que fungían a la vez como atrio de numerosos conjuntos conventuales y religiosos. Toda la ciudad estaba rodeada por dos ríos, el Atoyac y el Jalatlaco; como si se tratara de una planta circular perfecta, los afluentes regaban las áreas de cultivo perimetrales y a la vez distribuían el vital recurso para una escasa población de 19.000 habitantes.
Como la mayoría de las ciudades mexicanas, Oaxaca no creció sino hasta bien entrado el siglo XX. Caso similar al de la ciudad de México donde su población se incrementa exponencialmente a la par que la traza y las edificaciones, las cuales fueron encontrando salida entre las planicies que había entre las montañas, en los llamados “Valles Centrales de Oaxaca” hacia Etla, Zaachila, Tlacolula y Ocotlán. Al principio, la topografía fijaba unos límites naturales; después las edificaciones fueron escalando paulatinamente las pendientes de la sierra de manera inimaginable, estableciéndose un sin fin de nuevas colonias. Hoy, está conformada por siete distritos y 121 municipios para una población que ronda los 600.000 habitantes en la zona metropolitana.
Hasta finales del siglo XX, visitar Oaxaca era necesario como punto de partida para conocer algunas playas y dos de los sitios arqueológicos más impactantes de México: Monte Albán y Mitla. El encanto de la ciudad también era innegable, la plaza central de vivas arcadas, la catedral, su arquitectura de cantera verde y la traza urbana de características coloniales, también invitaban a quedarse. Pero, desde hace poco más de una década, la sorprendente restauración del Convento Dominico, volvió los ojos del mundo a la riqueza de su arquitectura y de la calidad de la ciudad como atractivo turístico y de residencia. Desde entonces, se ha estado invirtiendo en su revitalización y podría decirse que es una de las ciudades del país con más sorpresas, con proyectos de espacios públicos que tienen buena arquitectura, con ingredientes básicos: honesta, sensata, práctica y digna.
De esas obras hablaremos y resaltaremos tan solo algunas que nos parecen distintivas. Esperamos que sirva éste artículo para acercarsea conocer nuestro país y a ciudades como ésta, llena de tradición y encanto; atractivos turísticos, culinarios, urbanos y arquitectónicos de calidad. Museos, bibliotecas, archivos, zonas de estudio, plazas, conventos e iglesias, pues son algunos de los espacios vitales que han impulsado una regeneración positiva y paulatina de la zona central y algunas poblaciones cercanas.
Lamentablemente, los alrededores han continuado un crecimiento sin control y sin tanta belleza. Los ríos se han contaminado y desecado y no hay un proyecto integral de rescate. Numerosas colonias se establecen cada día, y las montañas -incluso las “sagradas”-, consideradas “Patrimonio de la Humanidad” como Monte Albán, están a punto de ser rebasadas por edificaciones irregulares. La ciudad todavía está en una escala que es totalmente viable de crecer resaltando sus virtudes, engrandeciendo su historia y con intervenciones acertadas de arquitecturas que son dignas para su ciudad y nuevos fragmentos de ciudad que merecen ser de mayor calidad.
Acciones como las que ha estado realizando “La Casa de la Ciudad de Oaxaca” apoyada fuertemente por la Fundación Harp Helú son loables en cuanto a la intervención y rescate de edificaciones antiguas y los nuevos usos culturales y sociales que se les están dando. Pero lo son también las acciones que se están ejecutando en localidades de los alrededores en colonias como “5 Señores” o “Bugambilias” donde con proyectos muy sencillos, edificados con pocos apoyos económicos y materiales, son edificados por la propia comunidad siguiendo la tradición del “tequio” dar y recibir, la simple voluntad de apoyar y cooperar por el bien de todos en edificar pequeños “centros de barrio” que mejoren la condición del sitio e integre a sus habitantes.
En FUNDARQMX (Fomento Universal para la difusión Arquitectónica de México AC), pensamos que los valores de las ciudades están en la calidad que guarda la arquitectura con su entorno, en todas las épocas. Oaxaca ha sabido mantener una gran armonía en la zona central, a partir del respeto a la escala, a las alturas, a los materiales, a la esencia de la arquitectura vernácula, de los elementos simples como la proporción del vano, la herrería, el marco de cantera o las calles empedradas. Al caminar la ciudad central se siente la calidad de vida de las ciudades originales del país y ese es un buen principio.
CENTRO DE LAS ARTES EN SAN AGUSTÍN ETLA/CASA
Intervenido en el 2006, es promovido por Francisco Toledo para convertir la antigua fábrica de hilados “La Soledad” fundada en 1883, en un centro de Artes Gráficas en San Agustín Etla. La arquitecta Claudina López Morales aprovechó la edificación existente de estilo porfiriano para adaptarla a los nuevos usos culturales tales como salas de exposición, laboratorio de fotografía, gráfica y habitaciones para residentes. CASA es un proyecto que se integra con la comunidad a través de programas que apuntan a la sustentabilidad. El sistema hídrico funciona de manera natural, respondiendo a la topografía y pendiente natural del sitio.
LA CALERA (2006)
Centro cultural ubicado en una antigua fábrica de cal del siglo XX. Los nuevos usos se adaptaron a las instalaciones preexistentes, conservando la gran parte de maquinaria, la estructura e imagen industrial.
Entre los vestigios de la arqueología industrial del sitio se insertaron nuevas edificaciones, estudios, talleres artísticos, bibliotecas y residencias que se mimetizan con las colindancias, buscando resaltar la belleza de lo existente. Otro gesto por demás llamativo es el puente de conexión que se generó en el Barrio del Ex Marquesado, permitiendo que los vecinos se incluyan o participen en sus talleres e iniciativas.
SANTO DOMINGO
Imponente convento de la orden de los dominicos que data del siglo XVI. Una de las mejores y más antiguas arquitecturas barrocas de México. Sorprende el trabajo de restauración realizado en las cúpulas, bóvedas, patios y salones donde se albergan entre otros, algunos tesoros encontrados en Monte Albán. La iglesia conserva uno de los mejores ejemplos del arte barroco novohispano; donde se encuentran infinidad de detalles dorados en cada rincón de la nave principal y sus diez capillas. Definitivamente una de las edificaciones eclesiásticas más bellas de Oaxaca y del país.
JARDÍN ETNOBOTÁNICO
En 1993, Francisco Toledo propuso realizar un jardín botánico en un cuartel militar que siglos atrás albergó la huerta del Convento de Santo Domingo. Para 1994, el Gobierno del Estado cedió el predio de 2.3 hectáreas para este fin. El objetivo fue sembrar solo especies endémicas de la región. El resultado es un espacio con piletas, muros de órganos cactáceos, patios y andadores que albergan más de 7.000 ejemplares. Resaltan también algunas piezas escultóricas de Francisco Toledo, Luis Zárate, Jorge Yazpik y José Villalobos. El jardín cuenta con el reconocimiento de Botanic Gardens Conservation International.
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