Por Rodrigo Díaz Cortés* Grecia Gómez Crisóstomo** FundarqMX***
La Zona Rosa, área de carácter comercial se ubica dentro de la Colonia Juárez. Esta pintoresca zona se encuentra inmersa en la Alcaldía Cuauhtémoc y colinda con uno de los corredores turísticos más importantes de la ciudad, Paseo de la Reforma. En ella se concentran boutiques, hoteles, bares, restaurantes, galerías de arte, estudios de tatuaje, cafés, antros, librerías, sex shops y oficinas. Usos de suelo e historias se entrelazan para darle vida a una de las zonas más icónicas de la ciudad. Esto ha sido el legado del paso del tiempo en un espacio que ha tenido múltiples cambios a lo largo de su existencia.

El origen de la Colonia Juárez se remite a otro nombre, la Colonia Americana, que nació cuando se fraccionaron los terrenos de la Hacienda de la Teja en 1880 aprovechando el trazo de Paseo de la Reforma. A partir de este año familias acaudaladas empezaron a establecerse en la zona, inspirados por la arquitectura europea, estas personas iniciaron la construcción de edificios y mansiones cuya arquitectura evocaba a los inmuebles franceses de estilo Art Nouveau y Art Decó. Rápidamente se convirtió, junto con las colonias Roma y Condesa, en uno de los barrios más lujosos de la ciudad.

Hacía 1906, como homenaje al expresidente Benito Juárez, se le nombra Colonia Juárez, ese mismo año la Mexico City Improvement Company inició el proceso de urbanización de la zona, la nomenclatura de sus calles estuvo inspirada en las ciudades europeas más importantes, a excepción de la calle Tokio, que aún conserva su nombre. La colonia evolucionó, las familias posicionadas comenzaron a mudarse a otras partes de la ciudad desencadenando el abandono de inmuebles. Este abandono parcial permitió que en 1950 las mansiones comenzaran a transformarse, se inauguraron cafés, galerías de arte, restaurantes, bares, boutiques, tiendas artesanales, oficinas y discotecas. Estos cambios categorizaron a la colonia como una de las más bohemias y eclécticas en la ciudad.

Desde estos años la Zona Rosa ya era el sitio de fiestas y actividades clandestinas organizados por la comunidad LGBTTTIQ+, muchos estacionamientos o terrenos baldíos de la Colonia Juárez fueron los escenarios de estos eventos subversivos que comenzaron a hacer visible a una comunidad que había sido negada por décadas. El barrio vio pasar por sus calles a escritores, intelectuales y artistas importantes de diferentes épocas. Con el paso de los años la zona ganó aún más popularidad. Durante los Juegos Olímpicos de 1968 y el Mundial de 1970 la vitalidad se apoderó de sus visitantes y la Zona Rosa se convirtió en un punto de reunión para la celebración de victorias deportivas.



La comunidad LGBTTTIQ+ reafirmó su presencia con la llegada de la primera discoteca gay en la Ciudad de México, la inauguración de “El Nueve” en 1954, un acontecimiento fundamental para que el barrio evolucionara y se convirtiera en un espacio seguro que celebra la libertad y la diversidad. Tras el temblor de 1985 la zona enfrentó una época de decadencia, fue hasta la década de los noventa que retomó su aire bohemio y su vida nocturna. La inspiración que transmitía la Zona Rosa también se vio reflejada en algunos fragmentos de La región más transparente de Carlos Fuentes. Además, fue el lugar donde grupos como Café Tacvba y Maldita Vecindad realizaron sus primeros conciertos.

El origen del nombre ha sido disputado por varios periodistas y escritores, el hecho más aceptado es que la zona adquirió el nombre debido a que muchos edificios estaban pintados de rosa. La ironía entre el color y la polémica que despierta cuando le es asociado a otro género que no sea el femenino, le da un significado particular a la zona. El novelista Vicente Leñero decía: “nuestra Zona Rosa es demasiado tímida para ser roja, pero demasiado atrevida para ser blanca”. En sus calles se lee claramente la historia, no sólo una que enaltece la arquitectura, sino una que nos cuenta la lucha por la visibilidad y la aceptación de la comunidad LGBTTTIQ+, su llegada a la Zona Rosa la convierte en un espacio de diversidad y tolerancia para todxs.
La Zona Rosa se manifiesta dentro de la ciudad como un espacio polifacético, mutable, que se ha adaptado al paso del tiempo. En la actualidad mantiene todas las cualidades que ha adquirido a lo largo de su existencia, desde la elegancia de su arquitectura porfiriana, pasando por el furor deportivo, hasta llegar a convertirse en un espacio seguro, donde todxs son libres de expresarse. Todas estas características que conviven en armonía son de igual importancia y representan la virtud más grande de la zona, la diversidad. El mes de junio, como parte de la conmemoración por el décimo aniversario de FundarqMX celebramos y aceptamos la diversidad compartiendo la historia de espacios importantes dentro de la ciudad como lo es La Zona Rosa. Pues este lugar es un área que nos abraza y acepta por quienes somos, cuya apropiación nos recuerda que el espacio público es para todxs.

*Rodrigo Díaz Cortés, es estudiante de arquitectura en la Universidad Iberoamericana. Ha participado en varias exposiciones colectivas de arte y fotografía. Tiene interés y experiencia en el diseño, la fotografía y la redacción.
**Grecia Gómez Crisóstomo, actualmente realiza su servicio social en FundarqMX. Estudió Arquitectura en la UNAM con línea de interés en Expresividad Arquitectónica. Entre sus intereses destaca la ilustración y el diseño de identidad, en busca de crear nuevas experiencias, que, a través de las artes visuales permitan a las personas ver y sentir una realidad diferente a su rutina.
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