Por Luis Armando Rodríguez** FUNDARQMX**
En el año 2002, la Ciudad de México vio nacer uno de los proyectos culturales más emblemáticos en nuestro contexto urbano: La Galería Abierta Rejas de Chapultepec. Esta iniciativa permitió a miles de capitalinos conocer el rico acervo del Museo del Prado, así como el trabajo de excelentes fotógrafos que han sabido capturar la esencia de México y sus paisajes, por mencionar algunos ejemplos.
Durante los meses de enero y febrero del presente año, los colores de Ricardo Legorreta (1931-2011) adornaron el enrejado del bosque de Chapultepec a través de la exposición LEGORRETA, concediendo al público un acercamiento a la trayectoria de este gran arquitecto mexicano cuya obra no solo refleja una sensibilidad única, sino que también logra abrir un nuevo camino para la arquitectura de nuestro país. Actualmente, su legado se mantiene firme gracias a los esfuerzos de su hijo, el arquitecto Víctor Legorreta y sus colaboradores.
La muestra fue inaugurada el 23 de enero de 2022 en conmemoración del décimo aniversario luctuoso del maestro Legorreta y consistió en un total de 116 fotografías que buscaron resaltar el carácter estético de sus edificios a la par de mostrar los nuevos proyectos de su despacho. Además, contó con cédulas informativas que explicaban la historia del arquitecto y sus aspiraciones.
Esta exposición, más allá de tratarse de un catálogo de exhibición, tuvo como propósito hacer que el espectador comprendiera la genialidad del artista, misma que lo llevó a crear nuevas atmósferas a partir del color y formas geométricas. Por medio de diferentes ángulos y perspectivas, las imágenes llevaron al público dentro del universo visual de Legorreta, el cual demuestra que existen alternativas a los ya tan acostumbrados muros blancos presentes en nuestras edificaciones contemporáneas.
El arquitecto no dudó en retomar nuestras raíces culturales y generar a partir de ellas una nueva arquitectura que, sin caer en historicismos, tiene éxito al momento de reflejar la esencia mexicana. Es quizás este mismo motivo lo que lo llevó a trabajar con artistas de talla internacional como Adán Paredes, Pilar Climent, Jorge Yázpik y Sergio Fingermann, ya que logran plasmar en sus piezas un sentimiento local. A pesar de encontrarse en distintos rincones del mundo, cada obra de Legorreta es un pedazo de México; uno no puede evitar sentirse en casa al momento de identificar a lo lejos el rojo, naranja o rosa propios de nuestros textiles, artesanías, casonas y jardines.
Como se mencionó en uno de los textos, para Ricardo Legorreta “la buena arquitectura tiene un alma” por lo que no se debe hablar de un cascarón vacío cuyo único objetivo es cubrirnos del sol o la lluvia; una buena arquitectura se entiende con la naturaleza y sobre todo con las personas para las cuales fue pensada, esto la convierte en una disciplina verdaderamente humana. Su herencia no solo radica en los muros o estructuras ya existentes, sino en el grupo de personas que hoy conforman el despacho LEGORRETA que hasta la fecha mantienen vivo su sueño.
*Luis Armando Rodríguez Bermejo es estudiante de la carrera de Estudio e Historia de las Artes en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Cumplió su Servicio Social en el Museo Frida Kahlo y actualmente realiza sus prácticas profesionales en FundarqMX. Sus principales intereses son el estudio de la arquitectura, escultura y pintura de México, así como el arte barroco, decimonónico y moderno.
Buen artículo de Luis Armando, solo que no destaca la importancia de la exposición en las rejas de Chapultepec, solo se centra en unas fotos de unas de las obras de Legorreta, y le da mucha importancia al despacho dirigido por el hijo... se puede mejorar, pues hay muchos otros arquitectos que pueden exponer en esta reja...